La banda presenta su primer EP titulado ¨Mal con la Vida¨, como una carta de presentación que pisa fuerte en la escena del rock alternativo. Dentro de este lanzamiento destaca ¨Malcom la vida¨, una canción que condensa toda la esencia del grupo y se posiciona como el emblema de este debut.
Con un rock galopante, poderoso y sin estructuras tradicionales, ¨Malcom la vida¨ es un manifiesto de búsqueda constante, de escape y de transformación. Las letras invitan a dejarlo todo por un rato, como un gato que, aunque lo tenga todo en casa, necesita salir a explorar. Es un tema que late con fuerza, ideal para el pogo y el desahogo emocional.
La producción se apoya en bases sólidas de batería y teclados, guitarras presentes y filosas, y una melodía vocal explosiva, con estribillos coreables y una energía contagiosa. En esta oportunidad, Lucho asume un rol central desde la batería, aportando también desde lo interpretativo, dándole una impronta única a la canción.
El tema rompe con las estructuras clásicas, tomándose el tiempo necesario para construir climas y matices en cada parte, sin perder dinamismo. El clímax llega con un solo de guitarra expresivo, que desemboca en un final punk, crudo y pesado, dejando la puerta abierta a un futuro disco que promete seguir empujando los límites.
¨Malcom la vida¨ no es solo una canción: es una declaración de principios, una invitación a moverse, a rebelarse y a sentir. Un debut que no decepciona y deja en claro que esta banda vino para quedarse.
Cuatro tipos haciendo ruido con gracia. Riffs gigantes, letras filosas y estribillos imposibles de olvidar. Entre la ironía y el desahogo, Malcom suena salvaje, directo y sin filtro.
Desde el primer acorde, sus canciones te empujan con energía cruda y una actitud irreverente que no pide permiso. Cada tema es un golpe certero, un manifiesto de libertad que te invita a gritar, bailar o simplemente sentir.
Malcom se ríe de sí mismo, pero nunca de tu atención. Te atrapa desde el primer segundo con melodías contagiosas y una presencia que no pasa desapercibida.
Lo salvaje sigue vivo. Y no tiene intenciones de callarse.