Lo que no se escucha en una canción refiere a los recuerdos, sucesos y personas que le dan sentido a las melodías. Hay lugares y sensaciones a las que solo podes llegar escuchando música. Mayormente las canciones que te conmueven forman parten de la banda sonora de tu vida. Somos un poco lo que escuchamos, porque escuchamos lo que somos. Y si bien la idea no es escribir sobre música, buscaremos en la música historias para contar.
Por: Deja de Gritar
Vivo en un lugar donde los rituales son moneda corriente, hay mucha agua y las noches a veces son una ruleta rusa. Las canciones que nos acompañan a lo largo de los años en un punto van contribuyendo con el croqui de lo que somos. Por estupido que pueda parecer creo que mi vida está atravesada por una banda de rock de los 90.
Hoy volvió a tocar la banda que musicalizó mi adolescencia. Esa que escuchaba en los días interminables de verano, con la que entendí el mambo del porro, la que me encerraba a cantar fuerte cuando el mundo me dolía y la que me abrazo cuando no entendía el transcurso de los días.
La última vez que tocaron Los Piojos tenía veinte y poquitos años. En ese momento pensar en que vuelvan a tocar era una utopía más del rock nacional. Eran tiempos donde creíamos o queríamos creer que conocíamos casi todo lo que había que saber de la vida.
Hoy tocaron Los Piojos, estoy a ocho mil kilómetros y aunque tenga muchas ganas de hacer la odisea de irme a Buenos Aires solo para verlos, mi cuerpo es consciente que ya no está para jugar algunos partidos.
Que vuelvan a tocar me produce mucha alegría y me recuerda el flow de los 17 años. Obviamente no soy el mismo pero el espíritu continúa bailando con las canciones que fueron testigo de una de mis versiones más genuinas, repleta de esperanzas y vida. Y un poco de credulidad.
Mientras escribo me sumerjo en anécdotas, afloran sensaciones encontradas, revivo mañanas, recuerdo amigos, me voy a lugares y siento sus olores. Si cierro los ojos logró por un momento revivir el viaje al colegio tarareando el Tercer Arco mientras repaso la prueba de geografía con Yino.
Aunque el tiempo continúe su rumbo y yo tenga más música encima, habiendo muerto algunas veces, con algunos mambos de la adolescencia entendidos, en Brasil y con la incertidumbre como compañera sigo encontrándome conmigo mismo en ¨la esquina de la libertad¨.
Parte del rock que me habita, los mambos negros del faso, las mañnas de domingos interminables, las llegadas tarde a la escuela y los miercoles a la noche en lo del Dani se mixturan en cualquier tema de la banda tramsportandome hasta las bases de mi sentir. Ahí donde se cruzan las creencias y la realidad siempre hay un tema random de Los Piojos sonando todo el tiempo para que la bandera de la voluntad siga flameando con candombe y rock and roll.