Lo que no se escucha en una canción refiere a los recuerdos, sucesos y personas que le dan sentido a las melodías. Hay lugares y sensaciones a las que solo podes llegar escuchando música. Mayormente las canciones que te conmueven forman parten de la banda sonora de tu vida. Somos un poco lo que escuchamos, porque escuchamos lo que somos. Y si bien la idea no es escribir sobre música, buscaremos en la música historias para contar.
Por: Deja de Gritar
En noviembre siempre recuerdo cuando morí en 2006 convencido de que los minutos de adolescencia se podían guardar para más adelante. Las ilusiones se comenzaron a petrificar y mi deceso fue a oscuras, solo y con Intoxicados de fondo. Había un montón de personas en la habitación de al lado pero yo no podía moverme ni tampoco sentía el corazón.
En otoño de 2011 ya dominaba un poco mejor las palabras y podía medianamente expresar mis necesidades emocionales. Sin embargo, mi voluntad estaba en terapia intensiva. Me encontré solo en medio de una ciudad que no sabía si había elegido. Escuchaba voces todo el tiempo y en agosto me volví a morir. Lo próximo que recuerdo es el invierno del año siguiente.
Más adelante tuve una casa, me escuchaban, tenía un perro, una moto, amigos y me reía mucho. Un día el ropero del altillo no pudo acumular más los miedos ni los deseos reprimidos y explotó, me tuve que enfrentar a lo que venía escondiendo hace años. Casi se me vuelve a dormir el cuerpo, empecé a hablar menos y a refugiarme en estereotipos de cartón. Me volví a quedar solo y terminé muriendo en 2017.
Luego hubo otros fallecimientos pero ahora puedo ver algunas señales de advertencia e intento prepararme psicológicamente para el velorio. Lo que dicen de vos en tu funeral te da la sabiduría necesaria para la vida que está por comenzar. La muerte no sólo es la desaparición física, no tener ganas de vivir también es una forma de estar muerto.
Pasaron casi dos décadas y Fuego sigue estando en mis listas de reproducción. Porque todos alguna vez nos sentimos atrapados por situaciones, momentos, personas y lugares que nos prendieron fuego. Ya sea por amor, por la ira o la decepción.
Con el paso del tiempo fui descubriendo que prefiero vínculos que tengan experiencia en incendios. Quemarte te enseña a respetar el fuego, pero sobre todo te enseña a respetarte.
Tal vez podríamos incluir en el término ¨quemado¨ a los sujetos que les funcionan sus capacidades mentales perfectamente pero que la vida los fue sometiendo a hogueras. De las cuales sobrevivieron y donde aprendieron algunas medidas de emergencias para no volver a quemarse .
Quizás el dos de noviembre además de ir al cementerio, podríamos ir hasta algunos de nuestros funerales a llevarnos flores. La vida es una recopilación de muertes internas que nos van transformando hasta que nuestro cuerpo deja de existir.
No nos quedemos a vivir en la sala velatoria.
La muerte también es un comienzo.