Lo que no se escucha en una canción refiere a los recuerdos, sucesos y personas que le dan sentido a las melodías. Hay lugares y sensaciones a las que solo podes llegar escuchando música. Mayormente las canciones que te conmueven forman parten de la banda sonora de tu vida. Somos un poco lo que escuchamos, porque escuchamos lo que somos. Y si bien la idea no es escribir sobre música, buscaremos en la música historias para contar.
Por: Deja de Gritar
Cuando me crucé con Pelea de gallos estaba cursando materias del amor propio: análisis de vínculo, estadística de la niñez y geografía de dependencia. Como toda carrera, mientras la transitamos nos invaden las dudas sobre si la carretera es o no compatible con nosotros.
La banda le daba lugar a las sensaciones que tenía en el último cajón del placard. Subir el volumen de ¨llamen Al dealer¨ era el respiro punk que las emociones necesitaban en ese momento para poder seguir caminando con una sonrisa en calles donde las vidrieras hablaban todas juntas. La confusión de los días necesitaba del piloto automático y ¨viernes¨ era un grito desesperado que pedía un abrazo para poder calmar la angustia por un ratito.
Hoy el sol acaricia el lunes y se siente como si fuera viernes. Es una hermosa mañana con musiquita, aroma a café y un cuadro de Van Gogh en la ventana. La noche se guardó las lluvias en el placard y los sonidos de la nostalgia vinieron de visitas.
Por un ratito se abrió un portal que me conecto con el invierno 2021, volví a tomar el 141 en Río de Janeiro y Urquiza. Lo escuché al Nico escupiendo adjetivos hacia mi persona por haber llegado tarde nuevamente. No sé por cuánto tiempo estuve ahí, pero el amor y la incertidumbre me recorrieron todo el cuerpo.
Es una de esas bandas que quizás no recordas toda su discografía y quizás no la irías a ver, sin embargo tienen uno o dos temas que sonaron en un determinado momento de tu vida y ese sonido quedó archivado en una parte de tu alma.
Sin darme cuenta descubrí que quedan canciones donde todavía te siento, me encontré con un pedazo de vida que no sabía que estaba en la mochila y no pude evitar sonreír. Las sensaciones son como el tiempo, no pueden manipularse y tienen vida propia.
Cuando suena Pelea de gallos es como salir a pasear por un shopping de emociones encontradas. El corazón me comienza a latir fuerte, tomó dimensión del tiempo y por un instante vuelvo a sentir la magia de estar enamorado y a pasar por la heladería a las doce de la noche a comprar mascarpone.